La danza del Cortés se baila en nuestras comunidades, principalmente en El Rincón de las Parotas, El Ticuí y en San Juan de las Flores, San Francisco Del Tibor, San Vicente De Jesús. Es representativa de nuestro aguerrido Atoyac y es tradicón organizarla en el año nuevo y semana santa principalmente.
Los cronistas de Atoyac, historiadores y estudiosos de nuestro municipio coinciden en que esta danza es una parodia de la conquista. El danzante principal representa al español con su caballo, y el toreador –que solamente se defiende– representa al indígena que no se decidía a combatir al invasor por creerlo un Dios. En algunas comunidades los toreadores danzan recitando versos “¡Eh! caballero Cortés/boquita colorada/quiero sacarte una vuelta/allá por la madrugada/e irle a dar serenata/a la que es mi prenda amada.”
Sobre los antecedentes de esta danza se sabe que los españoles tenían un campo de entrenamiento en las cercanías de Acapulco en donde armó un astillero Hernán Cortés, quien era el Marqués del Valle de Oaxaca, por eso al lugar ahora se le conoce como Puerto Marqués. Los nativos de Acapulco observaban como entrenaban los soldados españoles, y para burlarse de los invasores inventaron esta danza en la que simulaban el combate y el movimiento del caballo.
Otra versión es que un recluta de los españoles al no aguantar los agotadores entrenamientos, a los que era sometido en Puerto Marqués, mató a su entrenador y escapó. Al andar perdido en el monte enloqueció y al poco tiempo se presentó en el puerto danzando en forma chusca diciendo “La culpa de todo la tuvo el Cortés”.
Andrea Radilla Martínez considera que en la danza del Cortés se escenifica el impacto del caballo en la mentalidad de los habitantes originarios del México antiguo, quienes pensaban que caballo y jinete eran una sola criatura. La misma autora nos informa que antes se bailaba frente a la casa de los principales, para recordar la existencia de sometidos, de excluidos. Aquellos debían de pagar una cuota económica o en especie durante las fiestas navideñas y de Semana Santa.
“En la danza del Cortés se ve el miedo a lo invencible, llámense seres superiores, dioses, o poderosos. Muestra la mezcla de lo indígena, lo africano y lo español. La vestimenta consta de cotón y calzón cruzado de manta, hasta 1963, se hacía con manta elaborada en la fábrica de hilados y tejidos del Ticuí. La máscara con rasgos españoles que esconde la cara del mestizo escenificando al conquistador. El tambor de origen africano, los cascabeles y campanitas que suenan al bailar y provocan añoranzas españolas” Concluye Radilla.
Uno de nuestros cronistas Eduardo Parra Castro escribió: “El Cortés tomó carta de naturalización en esta ciudad y ha contribuido al aprendizaje de la defensa personal con el machete costeño”. Don Rosalío Flores Téllez nacido el 30 de agosto de 1895, soldado del Cirgüelo (sobreviviente de la revolución) le comentó que “el origen de esta danza se remonta a la época de la conquista de la Nueva España, es una parodia de la batalla entre españoles y aztecas”.